Niñ@s y mayores disfrutan al unísono del XVIII Encuentro
Intergeneracional, organizado por el CDR El Sequillo en Tordehumos
La jornada, “Vestimentas y tradiciones”, que contó con cerca de un centenar de asistentes, se celebró el pasado 26 de septiembre, con talleres, juegos tradicionales y una gran merienda como claves de un día de convivencia y enriquecimiento social
Como en años anteriores, y ya van dieciocho, el CDR El Sequillo, organizó el Encuentro Intergeneracional para pequeños y mayores de la zona. En esta ocasión, el protagonismo lo tuvieron las vestimentas y tradiciones de nuestros abuelos, como el propio nombre de la jornada indica.
El Ecomuseo de Tordehumos fue, una vez más, el escenario elegido para una jornada cargada de buenos momentos, además del taller de macramé o el de la oca, los juegos tradicionales o la gran merienda de la que el centenar de personas asistentes pudo disfrutar.
En un ambiente distendido, lúdico y festivo, mayores y pequeñ@s de mu-nicipios como San Pedro de Latarce, Villanueva de los Caballeros, Urueña, Villagarcía de Campos, Villabrágima, Villafrechós y Cabreros del Monte acudieron a Tordehumos para promover y fortalecer, junto las personas asistentes de la localidad anfitriona, la solidaridad intergeneracional y el enriquecimiento social entre mayores y pequeños, ya que desde el CDR El Sequillo se entiende que es un elemento clave para el desarrollo económico social y cultural de los pueblos.
Sin duda alguna, una sociedad para todas las edades exige el reconoci-miento explícito de la importancia decisiva que tienen las relaciones y la cooperación intergeneracional a nivel de familia y sociedad, siendo además un requisito para la cohesión social. La solidaridad entre generaciones es un punto de referencia a la hora de avanzar hacia la construcción de una actitud de respeto, apoyo e intercambio entre las distintas generaciones. La intergeneracionalidad, como proceso bidireccional de beneficio mutuo, nos exige tener presentes las demandas y necesidades de unos y otros desde la consideración de que ambos colectivos son un recurso humano, económico, social y cultural de inestimable valor para sus familias y comu-nidades, en este caso, en el medio rural.
Los pequeñ@s quedaron encantad@s al aprender aquello que no sabían de sus antepasados, y por su parte, las personas mayores, felices de poder enseñar aquello que no por tradicional ha perdido su valor, sino todo lo contrario.
¡Gracias a tod@s por asistir!