Gracias a la exposición temporal, tanto de fotografías como de utensilios, que tuvo lugar los días 20 y 21 de agosto, complementando a la muestra etnográfica y a los talleres de oficios tradicionales que se organizan cada año, con la colaboración de las mujeres mayores de la zona.
De nuevo, las puertas del Ecomuseo se abrieron a amigos, vecinos y visitantes con el éxito que cabría esperar, y ya van diecisiete años desde que el Ecomuseo de Tordehumos, de la mano del CDR El Sequillo, celebra su Jornada de Puertas Abiertas, que, en esta ocasión se celebró los pasados 20 y 21 de agosto, para hacer, como ya es costumbre, un recorrido por los distintos momentos de la vida de nuestras raíces, nuestro pasado y la riqueza del medio rural que a diario, tanto nos aporta, y que en esta ocasión se centró, de manera más que acertada para todos los visitantes, en el “Comercio Tradicional”, en concreto, con una exposición fotográfica a la que acompañó una inestimable muestra de diferentes utensilios de la profesión que hace décadas copaban cualquiera de los establecimientos comerciales de la época.
Además, y como sucede desde que estas jornadas están vigentes, se convirtió en la mejor oportunidad para conocer, palpar y sentir los saberes tradicionales, los aperos de nuestros antepasados y en definitiva, el ayer que ha hecho que hoy, seamos lo que somos. Y por si esto fuera poco, tanto aquellas personas que ya conocían la magia del Ecomuseo como aquellas que traspasaban sus puertas por primera vez, se sintieron arropados por el conocimiento, la nostalgia, pero sobre todo el saber tradicional que emana esta gran casa de labranza que, en muchos casos, nos devuelve a los orígenes de la cultura rural, recordándonos cómo vivía y trabajaba la población de Tierra de Campos. De igual modo, aquellos que se animaron a aprender, asistieron ufanos a los diferentes talleres tradicionales que se realizaron en diversos horarios y ambos días, y en los que varias "artesanas" de la zona ilustraron de manera práctica con sus labores, la elaboración de jabones artesanos, las pastas de manteca, el queso y requesón,… para a continuación, degustar dichos manjares, sin duda, en el mejor de los entornos para ello.
Nuevamente, las jornadas de puertas abiertas coincidieron con el XVII Mercado Artesanal que durante esos días se celebró en el municipio de Tordehumos, lo que también animó aún más a la afluencia, que se aproximó a las 600 personas.